viernes, 5 de diciembre de 2008

Benvenuti a Firenze

La Toscana es una de las regiones más bellas de Italia. Se necesita un tiempo razonable para recorrerla, adentrarse en sus caminos y pueblos, leerla y poder decir que la conoces. Por eso, Floren decidió que disfrutáramos de 15 días en un casita con vista a las colinas del Chianti. El pueblo más cercano se llama Grassina y se encuentra a 5 kilómetros de Florencia.

Nuestro primer encuentro con la capital toscana no pudo ser más elocuente: bajándonos del autobús número 31 la exposición de un cuadro de Raffaello, La Madonna del Cardellino, recientemente restaurado, en el Palacio Medici Ricardi, una de las residencias más fastuosas de la familia más renombrada de Florencia. O sea, te bajas del bus, y tienes una obra maestra del Renacimiento en la puerta.
Y después de alimentar los ojos y el alma, no hay nada como almorzar en uno de los puestos de comida del mercado central compartiendo la mesa con los florentinos, muchos de ellos como sacados de un cuadro de Botticelli. De postre, el sol se asomó por unos instantes e ilumino la inolvidable fachada de la catedral, el duomo de Brunelleschi y el campanario del Giotto.

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