Juliette acaba de cumplir 14 años. Estudia ballet clásico y le gusta patinar y escalar montañas; ocupa el primer lugar en carrera de fondo de su escuela y le fascina navegar en alta mar.Esto no tendría ninguna particularidad, si Juliette no fuera seropositiva de nacimiento. Su madre, infectada por una transfusión sanguínea, murió de SIDA hace 9 años. Juliette nació con el virus dentro de su pequeño cuerpo. Para su fortuna, ella tiene un padre que la adora y vive en un país donde puede acceder a los costosos medicamentos y a los adelantos científicos que diariamente intentan encontrar una cura a la epidemia que, desde su llegada a nuestras vidas, ha infectado a 50 millones de hombres, mujeres y niños en el mundo, de los cuales 16 millones han muerto.
El 1 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de Lucha contra el SIDA. Con seguridad se realizarán marchas, se dictarán conferencias, se revelarán nuevos datos de este virus que hoy se ubica en el cuarto lugar de las causas de deceso en el mundo. A pesar de todo este esfuerzo, el paso de este terrible mal no se ha detenido; por el contrario, continúa sin cesar. La Organización de las Naciones Unidas para la Prevención del SIDA estima que en el mundo existen 33.4 millones de personas viviendo con el virus de inmunodeficiencia; de las cuales 31.3 millones son adultos, 15.7 millones son mujeres y 2.1 millones menores de 15 años. Cada día 7,400 personas se infectan por el VIH en todo el mundo, esto significa que 2.7 millones de personas contrajeron la infección en el 2009. Aproximadamente el 50% de las nuevas infecciones por VIH se produce en jóvenes de entre 10 y 24 años. Únicamente durante el 2009, el SIDA causó 2 millones de muertes.
vulnerable y pobre del planeta.En México, según información del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA (CENSIDA) existen 220 mil personas adultas infectadas con el virus de inmunodeficiencia.

Pero, sobre todo, porque casos como el de Juliette y su padre ilustran la parte humana de lo que no es noticia. Porque la entereza, el amor y la tenacidad de su pequeña familia la han convertido en un ser humano fortalecido que vive con la esperanza de que su mal tiene cura a pesar del estigma social de vivir con el VIH.










En cuanto a la gastronomía de la temporada, la repostería española también tiene lo suyo… aunque lejos está del pan de muerto, las calaveritas de amaranto o la calabaza en tacha como se prepara en México. Decimos que también tiene lo suyo porque representa un disfrute para los paladares de los que seguimos “en este valle de lágrimas”. En toda España, encontramos los famosos huesos de santo y buñuelos; postre de gachas, en Jaén (Andalucía), las castañas asadoas, en Galicia y Castilla, o el arrope y calabazate, en la región de Murcia. Tampoco pueden faltar las rosquillas de anís y patatas asadas de Salamanca, ni el arroz y los talladetes de Alicante. En toda la comunidad andaluza se puede encontrar borrachillo y en la exquisita Cataluña se deleitan los parroquianos con suculentos panallets, mientras en la vecina Mallorca no pueden faltar los rosaris.


















Dicen los organizadores que éramos más de 250 mil personas, ¡todas palestinas! Una de las consignas era precisamente ésa: ¡ante el genocidio, la masacre, la parálisis y estupidez de los grandes gobiernos.. todos somos palestinos! Y como al poder las concentraciones no le gustan...¡¡ que se joda y que nos escuche !!

