jueves, 2 de octubre de 2008

La distancia no es el olvido


“Me siento triste y vulnerable”. Así se titulaba un reciente artículo escrito por Gael García Bernal para el periódico El Universal, a propósito de la violencia en México y el malestar que esto le provocaba a la distancia. No puedo estar más de acuerdo con el actor.
Para quienes estamos viviendo fuera de nuestro país, por los motivos que éstos sean, es muy duro amanecer con las noticias que nos están llegando. Si de por si México no existe para los medios de comunicación internacionales, comprobar que sólo somos susceptibles de ser publicados por las matanzas, crímenes, secuestros que ocurren casi a diario es razón más que suficiente para sentirse triste y vulnerable. Y agregaría algo más. Por lo menos yo, me siento inútil y culposa.

Estar lejos duele. Aunque algunos no lo crean, duele y mucho. Provoca angustia y desazón pensar en los nuestros y en ese clima enrarecido de inseguridad e incertidumbre que les toca vivir estando tan cerca de la barbarie. Lo peor es, sin duda, el miedo. Miedo a que la bestialidad nos arañe con su maldita garra.
Hace unos días, El País dedicó el suplemento dominical a “México Salvaje” y mostraba en la portada la fotografía de un hombre asesinado por los narcos. Floren y yo estábamos en León visitando a su madre y mi primera reacción fue esconder el periódico para que no lo viera Carmen. Debo confesar que me dio mucha vergüenza que se enterara de lo que estaba pasando en mi país, de los “días de plomo y sangre” –como aseguraba el periodista- que vive México. Del “nadie esta a salvo” con que remataba el artículo.
Lo escondí como queriendo tapar el sol con un dedo y hacer como que todo estaba bien. Ella que tiene tanta ilusión de visitar México el año próximo… no me parecía justo que esto le quitara las ganas. Porque, después de todo, México es mucho más que los delincuentes que secuestran y matan.
México es también, y por sobre todas las cosas, la sonrisa de mis sobrinas, la simpatía de mi hermano, la generosidad de Gina; es la calidez de mis primos los Alonso y la entrañable familia que les acompaña; el cariño de mi Alma y don Manuel. México es mucho más que las masacres y los muertos. Es, sobre todo, la cordialidad de mis amigos y mis amigas más cercanos, el afecto de la Tropa. Entonces pensé que no tenía porque sentirme avergonzada.
Ante la desolación de lo que ocurre en México, donde parece que no hay “ni pa´ donde hacerse”, como dice mi hermano, hay que contraponer el granito de arena de los mexicanos y las mexicanas decentes y de buena cepa que se levantan temprano todos los días para estudiar o trabajar y dar lo mejor de ellos mismos. Prefiero pensar en ellos que en los miserables que nos quieren meter balas y miedo.
Quiero que Carmen, la mamá de Floren, tenga deseos de ir a México para comer un buen mole, recorrer Veracruz y probar el café de Coatepec; visitar Oaxaca y sus mercados y comprarse un montón de artesanías en el Bazar del Sábado de San Ángel.
Me resisto a caer en la tentación de caer en el fatalismo y en el temor. Me niego a permitir que mi estado de ánimo oscile entre la mera ansiedad y el terror. Y si puedo hacer algo para que quienes vayan a mi país no lo hagan pensando en los muertos de esta terrible guerra sucia, puedo asegurarles que lo haré desde todas las trincheras posibles. La distancia, por más que lo diga la canción, nunca será el olvido.

6 comentarios:

Santiago Iglesias de Paul dijo...

Gracias Laura por este magnífico artículo.
tu vecino de Malasaña.

LONCHIBÓN. dijo...

LAU MARTINEZ: Lo tuyo, lo tuyo, es la escribida. como diría una de mis abuelas. Leo tu escrito sobre nuestro país y creo que México pasa por un momento de balas e incertidumbre, pero coincido contigo : somos más que eso. Solo te pediría que siguieras escribiendo. Te fluye la mano y se te va el corazón en cada palabra, en cada frase.
Te mando un besazo y un saludo al Floren.
El Lonchibón.

ULISES TROYO dijo...

Laurita, efectivamente... asì vivimos hoy en dìa... hemos tenido que aprender a hacerlo, pero vivimos!
Gracias de nuevo por tu escrito.
Con cariño a tì y a Floren (y a Carmen):
ULISES

Mine dijo...

Laurita!!!!

siempre pienso mucho en tí, te extraño, pero yo no tengo ese maravilloso don de escribir!! A tí se te dá de una manera mijita!!
Bien dices "la distancia no es el olvido" y México es lo más grande del mundo!!! Dile al mundo que vengan, que hay más bueno que malo aquí.

florens dijo...

Mi chiquita, quizas nadie te haya dicho todavia que dado que escribes tan bien, deberias escribir algún bonito relato. Bueno, "pues si es así" yo te lo digoa,,, Escribe ese bonito relato y lo disfrutaremos y lo disfrutaran.
Besos creativos.....con chipotle.

Guada dijo...

Lau:
Sin miedo, leo tus andanzas laureadas. ¿Miedo? ¡ni madres! ni a leerte ni a salir ni a vivir en este país que sale todos los días adelante; pese a crisis, delincuencia, inseguridad y uno que otro "tontín" que se instala en el poder, este país sale adelante. Los mexicanos somos valientes. Se necesita mucha valentía para seguir creyendo y seguir celebrando y seguir gozando y seguir a la selección (ja,ja,ja). Se necesitan muchos "gúevos" para pasar por sobre todo ello y, pésele a quien le pese, decir "salud" en un cumpleaños; bailar "no rompas más" a la menor provocación; adornar nuestras casas 'ora tricolor, 'ora muertos y "jalogüin", después navidad y luego la primavera; para no evadir, pero sí evitar que los encabezados de noticieros y periódicos nos impidan, por ejemplo, esto: escribirnos entre nosotros, opinar unos de otros y sacar a flote lo más valioso de este México: nosotros mismos. Se necesita mucho valor para no ser el aguafiestas de la oficina, reuniones y conversaciones. Pero ¿sabes? lo logramos, lo logramos día a día y, si mi memoria no me falla, a pesar de todo: existimos.
Faltan unas horas para reencontrarnos. ¿No es este hecho más valioso que cualquier pinche mala noticia que nos rodee? ¡A celebrar!