domingo, 27 de mayo de 2007

De pata de perro....

En esta sección quiero compartr con todos ustedes algunas fotografías, comentarios y relatos de viajes que Floren y yo hemos hecho. Espero que la disfruten tanto como nosotros al andar "de pata de perro".


Esto que ven ustedes es, desde luego, un refrigerador lleno de mariscos. PERO esto no es lo interesante del asunto.

Lo atractivo es el tamaño del "buey de mar" (así se llama el bicho que parece un enorme cangrejo). Esta foto fue tomada en un delicioso restaurante llamado "El Cristo", al lado de la iglesia del Cristo de la Piedade, en la ciudad de Elvas, en la frontera entre Portugal y España.

Este "buey" llega a pesar hasta 3 kilos y medio y es una delicia. Son tan espectaculares los mariscos de este lugar que un langostino puede ser compartido por dos personas. Lo curioso del famoso restaurante es que parece uno de esos "comedores de empresas", sin ningún chiste, incoloro e insípido. Cualquier persona que no conozca el sitio, pasa de él. Esta es una de las maravillas secretas de un país como Portugal.

jueves, 24 de mayo de 2007

El barrio donde vivo.







Me gustaría hablarles del barrio donde vivo: Malasaña. Esta foto corresponde a la callecita donde vivimos...Santa Lucía. En el primer piso de ese edificio está la casa.


Hace unas semanas, el periódico EL PAIS (lo único decente que se puede leer por aquí), dedicó un reportaje especial bajo el nombre de MALASAÑA: QUIÉN TE HA VISTO. Y definía esta zona muy madrileña y céntrica así:
“Del barrio nocturno al esplendor diurno. El vecindario roquero de Madrid está experimentando una transformación, una inyección de recién llegados y de comercios alternativos que conviven con las tiendas de toda la vida: Así es hoy, y durante la 24 horas, la zona más estimulante del centro de la capital”. O sea, como diría mi sobrina SHO … “está super chido”. No sólo por estar situado a 5 minutos de la Gran Vía y de la Plaza de España, sino también por permitir la convivencia de un universo tan variado como estimulante de personajes, comercios, callecitas, plazas y ser parte de la historia de la movida española…ese periodo de apertura intelectual, musical, artística de los primeros años después del bicho de Franco.


Lo mismo te puedes encontrar con un señor viejito con el pelo teñido de negro azabache y con pinta de “chulo” de Madrid, que con un tipo lleno de tatuajes que trabaja en una tienda gótica llamada La Morgue (o sea, de esas donde venden ropa y accesorios “alternativos”). Durante muchos años, Malasaña fue el barrio más roquero de la ciudad y tuvo su época peligrosa y llena de problemas sociales (adictos inyectándose heroína, asaltos, descomposición, casas a punto de caerse, etc.). Afortunadamente, esto esta cambiando.
Es como un pueblo dentro de la ciudad porque hay poco tráfico y muchos peatones; porque lo mismo te encuentras una tienda de ropa original que la pollería de toda la vida, la señora que sigue haciendo zapatos a medida o la que vende cáñamo para pescar… ¡si, así como lo leen! Hay una buena cantidad de bares, fonditas, buenos restaurantes, teatros, galerías de arte, es decir, la vida bulle y se enriquece. Encima, a un pasito del corazón de Madrid.

Ya se las debía...

Queridos todos:

Ya les debía un buen relato de mis primeros ¡4 meses en Madrid! Nunca mejor dicho aquello de que el tiempo pasa volando y vas dejando todo para el ratito.
Empezando por el principio he de decirles que el mío no fue precisamente fácil: adaptarme a un nuevo estilo de vida sin trabajo ni presiones ni estrés, acostumbrarme a un nuevo espacio (más pequeño y en los últimos estertores de la rehabilitación), y, sobre todo, encajar con una nueva persona que vas a conocer … ¡apenas!

Para fortuna de ambos, las ganas de empezar algo y los buenos augurios y las buenas vibras prevalecieron y, poco a poco, las sombras, los pequeños obstáculos se fueron disipando. Desde luego, el clima no ayudó mucho: los días más cortos y el frío hacen mella. Ahora estamos mucho mejor adaptados y muy contentos. La primavera llegó y coincide con la de amigos que vienen a visitarnos (la primera fue María Victoria Llamas), de planes para hacer viajes (después de Semana Santa nos fuimos a Portugal, un país al que siempre hay que regresar y que nos fascina tanto a Floren como a mi) y de proyectos para que Floren empiece a pintar en la sierra y participe en algunos certámenes de pintura y exposiciones.

Por mi parte, estoy en la elaboración de mi trabajo de investigación de fin de curso, rehaciendo mi currículo y buscando algunas alternativas para un trabajo de medio tiempo y que me guste. Una amiga me envío una base de datos buenísima y estoy buscando algo por ahí. Por lo pronto, ya tengo una oferta laboral (coordinar un Maestría sobre Comunicación de Crisis) que uno de mis profesores me ofreció para el año próximo. Además, tengo que aprovechar que, por azares del destino, al irme a empadronar me enteré que, como nunca me di de baja hace 6 años, tengo una buena antigüedad en el censo de la Comunidad de Madrid que debo aprovechar (no se muy bien para qué, pero de algo servirá).

Mi curso va…. Nada del otro mundo, algunos profesores buenos, otros malos; el grupo de compañeros (a diferencia del de hace 6 años) es muy reducido, apenas somos 9 (una chica de Senegal, tres colombianos, un chileno y tres españoles). Según esto, seré una especialista en análisis de conflictos armados, porque para ser corresponsal de guerra.. ya es un poco tarde, ¿no creen?