Ya fuera como periodistas, escritoras, enfermeras o
conspiradoras, incluso vendiendo sus bienes materiales para sostener el
movimiento revolucionario, la participación de las mujeres en la Revolución
Mexicana fue amplia y valerosa.
Gracias a una investigación elaborada por Lorena
Hernández Reyes, de la Universidad Autónoma del Estado de México, hoy conocemos
los nombres de numerosas mujeres que arriesgaron todo por un ideal.
Periodistas y escritoras fuera de serie
Las periodistas formaron parte de un grupo de mujeres
sumamente activas en lo político y social. Fundaron periódicos de oposición al
régimen y en defensa de las clases desvalidas. Como ejemplo están:
- Juana Belén
Gutiérrez de Mendoza dirigió el
periódico Vésper, consagrado a defender a los mineros y a combatir la
dictadura.
- Guadalupe Rojo
viuda de Alvarado, directora
del periódico Juan Panadero (periódico difundido en Guadalajara y después
en México), fue presa en la cárcel de Belén por defender a los campesinos
de Yautepec.
- Emilia Enríquez
de Rivera, “Obdulia”, sostenía
ideas renovadoras en la revista Hogar; mientras que Julia Sánchez,
“Julia Mata”, lanzaba violentas críticas a la oligarquía en El látigo
justiciero.
- Desde la sierra de
Guerrero Dolores Jiménez y Muro, fue coronela redactora del Plan
Político y Social. En este documento —escrito por revolucionarios de cinco
entidades de la República— se desconoció el régimen Porfirista.
- María Hernández
Zarco se hizo notable porque en
1913, cuando todas las imprentas de la capital se negaron a imprimir el
discurso del Senador Belisario Domínguez —en donde condenaba el régimen de
Victoriano Huerta—, ella lo hizo a escondidas, por las noches, en el taller
de Adolfo Montes de Oca, donde trabajaba.
- Hermila Galindo, de Ciudad Lerdo fundó la revista Mujer moderna
y solicitó el voto femenino al Constituyente de 1916; también hizo
propaganda a favor de Venustiano Carranza.
Conspiradoras que lo arriesgaron todo
En los complots, paso de armas, correos y difusión de
noticias, nadie como las mujeres de la familia Serdán. Sobresalieron Carmen
Serdán, hermana de Aquiles; Carmen Alatriste, su madre; y Francisca
del Valle, su esposa; también se involucraron Guadalupe, Rosa y María
Narváez, quienes coordinaron las operaciones en el estado de Puebla,
imprimieron y repartieron proclamas, así como distribuyeron armas, para luchar
contra el régimen de Díaz. Carmen Serdán y las hermanas Narváez fueron las
primeras colaboradoras del movimiento precursor; después, participaron como
orientadoras ante la dispersión originada por el asesinato de Serdán y
trabajaron en la distribución de armas, correos, noticias y órdenes.
Asociaciones femeninas y sindicalistas destacadas en la
revolución
Numerosas mujeres fundaron clubes liberales y
antirreleccionistas, y mantuvieron el espíritu de lealtad a la democracia y
protesta contra la usurpación Huertista. La profesora María Arias Bernal organizó
el Club Lealtad, junto con Dolores Sotomayor, Inés Malváes, María Elvira
Bermúdez y Eulalia Guzmán. Aparte de defender a los presos políticos y
difundir noticias y propaganda, todas las semanas organizaban manifestaciones
ante la tumba de Madero y Pino Suárez.
Mención aparte merecen las mujeres que fundaron en
1906 la Sociedad de Empleadas de Comercio, ellas son precursoras del
sindicalismo. Sus actividades fueron principalmente asistenciales: fundar
academias de comercio, de música, un gimnasio, una caja de préstamos a socias
enfermas. Estas precursoras tienen nombre y apellido, entre ellas Isabel
Díaz de Pensamiento, Anselma Sierra, Carmen Cruz, Margarita y Guadalupe
Martínez y Lucrecia Toriz.
Dos Coronelas bien fajadas
Carmen Alanís se levantó en armas en Casas Grandes (Chihuahua) y participó en la toma
de Ciudad Juárez con 300 hombres a su mando.
Juana Gutiérrez de Mendoza y La China comandaron un batallón formado por las viudas, hijas
y hermanas de los combatientes muertos.
¡Viva la Revolución mexicana! ¡Vivan las mujeres!