domingo, 26 de octubre de 2008
Cumplieron su promesa y vinieron a Madrid
lunes, 20 de octubre de 2008
Respuesta a la periodista Rosa Ma. Mateo...y su opinión sobre México
¿Es todo lo que puede manifestar de un país como México? Permítame decirle, Sra. Mateo que nadie niega lo que esta pasando en mi país. Para quienes estamos viviendo fuera es ya de por si bastante duro amanecer con las noticias que nos llegan. En estos momentos, México sólo existe para los medios de comunicación por los crímenes que están ocurriendo. Sin embargo, México es mucho más que los delincuentes que secuestran y apuñalan. México, Sra. Mateo, es muy grande. España cabrá tres veces, por lo menos, en su territorio. Y no en todo el país roban y asesinan.
México es también, y por sobre todas las cosas, la calidez y la siempre buena disposición de su gente; es la belleza de los paisajes de su enorme geografía, la riqueza de su artesanía y los sabores de una de las mejores gastronomías del mundo.
Ante la desolación de lo que sucede en México, hay que tratar –como periodista- de ser ponderada y no caer en la fácil generalización; como mexicana, trato de contraponer a la tristeza el granito de arena de los millones de mexicanos y de mexicanas amables, decentes y de buena cepa que se levantan temprano todos los días para estudiar o trabajar y dar lo mejor de ellos mismos. Prefiero pensar en ellos que en los miserables que nos quieren meter balas y miedo. Así que, Sra. Mateo, trate de ser un poco más amable la próxima vez que opine sobre México. Saludos cordiales.
"Con la iglesia hemos topado, Sancho”
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Entre todo este tsunami de noticias malas y pésimas, la única buena nueva que podía darle un poco de ilusión al mundo era el nacimiento de Javier. Pero la iglesia católica, en particular, la Conferencia Episcopal Española (más inquisidora que Torquemada) acaba de lanzar un cubo de agua helada al asunto.
El “Cavernal” Rouco y sus hombres del Cro-Magnon rechazaron públicamente la técnica utilizada por el hospital sevillano que ha permitido que Javier naciera libre de una grave enfermedad hereditaria, la misma que padece su hermano Andrés (de seis años) y con quien es compatible. La sangre de su cordón umbilical servirá para realizar el trasplante que necesita Andrés para superar una anemia congénita severa conocida como beta-talasemia mayor y que puede provocarle una muerte temprana.
Y como hubiera exclamado Don Quijote, “con la iglesia hemos topado, Sancho”. La Iglesia critica que se haya puesto el acento "en la feliz noticia del alumbramiento y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano" y se hayan silenciado las "implicaciones morales" de este procedimiento. Y la pregunta que se me ocurre es, ¿es entonces más moral dejar que un niño de 6 años muera? ¿Eso hubiera querido Jesús que tanto amó a los niños? Una vez más, la iglesia católica condena los avances de la ciencia.
viernes, 17 de octubre de 2008
Cumplieron su promesa y vinieron a Madrid
jueves, 16 de octubre de 2008
La cultura del miedo
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La manipulación de las emociones más básicas es, sin duda alguna, una de las grandes herramientas de la propaganda política y religiosa. Infundir miedo a través de la comunicación de masas ha demostrado ser una estrategia eficaz. Lo vemos todos los días en la prensa y la televisión; en internet y la radio.
La idea es atemorizarnos.
Ante el temor, ese estado de ánimo caracterizado por la aprehensión o la angustia, como lo ha definido el historiador mexicano Lorenzo Meyer, y provocado por la anticipación de un dolor o de una situación desagradable o peligrosa, ¿qué podemos hacer? El miedo varía, nos dice Meyer, entre la mera ansiedad y el terror. ¿Podemos seguir viviendo sin sentir miedo? Estas son preguntas para las que habrá que encontrar respuestas. Lo que si resulta claro es que nadie quiere una solución autoritaria.
En México la gente vive con miedo. No es sólo por la violencia diaria que ejercen las agrupaciones criminales y que amenaza a todos los rincones del país. Siente miedo también de quienes, se supone, están para defender al pueblo. Las constantes violaciones a los derechos humanos; la inmunidad de las corporaciones policíacas y militares y la impunidad con la que actúan; la impotencia de quienes denuncian y ven que, a pesar de la atención mediática que merece su caso, no pasa nada; el temor a las represalias y las amenazas; los cadáveres decapitados y mutilados. En México, hay miedo y mucho.
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En México todo se vuelve afrenta
Carlos Fuentes y con él millones de mexicanos no queremos una dictadura para nuestro país. Deseamos imaginación, creatividad, soluciones inteligentes y valientes. Fuentes continúa:
“Hoy la situación nacional es un enorme insulto a la ciudadanía, una enorme afrenta. ¿Cómo vamos a salir de esto? No sé, exactamente no lo sé. Temo realmente por una solución autoritaria, no la quiero. La seguridad es algo que depende mucho del tráfico de drogas y el mercado de la droga está en Estados Unidos. México es un país de tránsito, ahora es un país de producción y de tránsito, pero los capos mexicanos son cantinflas, son gente muy secundaria... En cambio, los grandes intereses ya sabemos que están en Estados Unidos. ¿Adónde va el dinero generado por la droga? Va de México a Estados Unidos, y allí lo limpian los bancos. ¿Y quiénes son los grandes capos? No se sabe. Hay una responsabilidad muy grande de los norteamericanos al no atacar realmente este problema, y una responsabilidad nuestra al no lograr la unión de seis, siete, ocho países que despenalicen el uso de la droga, que sería el primer paso. Que tras la despenalización va a haber más consumo, es cierto. Cuando Roosevelt despenalizó el alcohol no dejó de haber borrachos, lo que dejó de haber fue Alcapones. Éste es el paso realmente importante que deberíamos de dar. Nadie se atreve porque les parece un pecado permitir el uso de la droga. No es permitir el uso. Es despenalizar, algo diferente”.
Si quieren leer la entrevista completa realizada por el escritor y periodista Juan Cruz, hagan clic en este vínculo y disfrútenla…
http://www.elpais.com/articulo/semana/tiempo/Fuentes/elppgl/20081004elpbabese_3/Tes
Vicios privados, virtudes públicas
miércoles, 8 de octubre de 2008
“Que viene el lobo…que viene el lobo” o, cómo llegó la crisis a España.
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En el caso español, uno de los sectores que más ha sufrido la dureza del reajuste económico es el inmobiliario. Durante el primer trimestre de 2008, el número de ventas de viviendas en España cayó el 29%. Cerca de dos millones de pisos y de chalets siguen sin encontrar comprador. El precio del suelo continua desmoronándose, mientras que los intereses hipotecarios siguen a la alza. Los españoles, creadores del género de la picaresca, han tenido que inventar medidas muy suyas para resolver los problemas; un caso muy comentado por los medios fue el de un hombre que, ante la imposibilidad de pagar la hipoteca de su departamento, decidió ponerlo a sorteo por internet. La posibilidad de entrar en franca recesión ha provocado en todos los frentes de la industria de la construcción efectos tan feroces como la destrucción de decenas de miles de empleos.
Para rematar el tema de las malas noticias, a mediados de agosto se informó que el índice de inflación (IPC – Índice de precios al consumidor) era el mayor alcanzado en casi 16 años logrando en promedio un 5.3%. Los carburantes, la vivienda y los alimentos, en particular leche, pan y huevos, lideran la subida de precios en lo que del año.
Como aporte curioso al asunto: la crisis ha duplicado las solicitudes de inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiados que quieren retornar a sus países. En siete meses, las peticiones de vuelta voluntaria se han disparado. De acuerdo con las organizaciones no gubernamentales que facilitan el retorno de los inmigrantes, en lo que va de año, 457 personas ya han solicitado volver, frente a los 447 que lo hicieron a lo largo de todo 2007.
Si de algo se puede criticar al gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero, es a su mala gestión mediática de la crisis. Durante meses, se negó el asunto definiéndolo con una serie de eufemismos que le valieron numerosas críticas en prensa, radio y televisión. Ignacio Escolar, director y periodista del diario Público, reunió 14 maneras utilizadas por el gabinete económico y por el propio Rodríguez Zapatero para no decir crisis, entre otras: “situación ciertamente difícil y complicada”, “una coyuntura económica claramente adversa”, “brusca desaceleración”, “deterioro del contexto económico”, “escenario de crecimiento debilitado”, “periodo de serias dificultades”, “empobrecimiento del conjunto de la sociedad”, o “las cosas van claramente menos bien”.
En enero de este mismo año, y a unas semanas de las elecciones generales que le refrendarían un segundo mandato, el presidente español declaraba al periódico conservador El Mundo que evocar una situación de crisis económica era “una falacia, puro catastrofismo”. No sabemos si pecó de optimista, o no quería infundir temores a los casi 45 millones de españoles (las elecciones, recordemos, estaban a la vuelta de la esquina). El hecho es que se ha desatado una intensa búsqueda de culpables y una rabiosa campaña contra el gobierno socialista por parte de la derecha española por no haber sabido manejar la crisis.
La crisis económica mundial era un hecho. Que muchos no hayan querido darse cuenta, es otra cosa. Por eso, conviene aprender del buen o del mal ejemplo para evitar caer en las mismas circunstancias. O, como bien dice aquel refrán: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar”.
jueves, 2 de octubre de 2008
La distancia no es el olvido
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Para quienes estamos viviendo fuera de nuestro país, por los motivos que éstos sean, es muy duro amanecer con las noticias que nos están llegando. Si de por si México no existe para los medios de comunicación internacionales, comprobar que sólo somos susceptibles de ser publicados por las matanzas, crímenes, secuestros que ocurren casi a diario es razón más que suficiente para sentirse triste y vulnerable. Y agregaría algo más. Por lo menos yo, me siento inútil y culposa.
Estar lejos duele. Aunque algunos no lo crean, duele y mucho. Provoca angustia y desazón pensar en los nuestros y en ese clima enrarecido de inseguridad e incertidumbre que les toca vivir estando tan cerca de la barbarie. Lo peor es, sin duda, el miedo. Miedo a que la bestialidad nos arañe con su maldita garra.
Lo escondí como queriendo tapar el sol con un dedo y hacer como que todo estaba bien. Ella que tiene tanta ilusión de visitar México el año próximo… no me parecía justo que esto le quitara las ganas. Porque, después de todo, México es mucho más que los delincuentes que secuestran y matan.
Ante la desolación de lo que ocurre en México, donde parece que no hay “ni pa´ donde hacerse”, como dice mi hermano, hay que contraponer el granito de arena de los mexicanos y las mexicanas decentes y de buena cepa que se levantan temprano todos los días para estudiar o trabajar y dar lo mejor de ellos mismos. Prefiero pensar en ellos que en los miserables que nos quieren meter balas y miedo.
Me resisto a caer en la tentación de caer en el fatalismo y en el temor. Me niego a permitir que mi estado de ánimo oscile entre la mera ansiedad y el terror. Y si puedo hacer algo para que quienes vayan a mi país no lo hagan pensando en los muertos de esta terrible guerra sucia, puedo asegurarles que lo haré desde todas las trincheras posibles. La distancia, por más que lo diga la canción, nunca será el olvido.